El cumplimiento normativo, conocido también bajo el término inglés compliance, hace referencia a las normas establecidas por las empresas en los ámbitos interno y externo (mejores prácticas, Código Ético, anticorrupción, prevención de riesgos en el lugar de trabajo, protección de datos, blanqueo de capitales, etc.). El cumplimiento de estas normas creadas por y para las empresas es una forma de prevenir y evitar cualquier conducta ilícita.
El concepto de compliance se implementó en los años 70 y 80 en Estados Unidos como consecuencia de los graves escándalos financieros relacionados con casos de corrupción que afectaron a importantes corporaciones, como el conocido escándalo Lockheed Corporationde soborno de funcionarios extranjeros.
España también contempla el concepto de compliance en su sistema legal a través de varias leyes, en particular en materia de protección de datos y blanqueo de capitales.
Más recientemente, la reforma del Código Penal español ha puesto énfasis en la importancia de este concepto. De hecho, con el objetivo de regular la responsabilidad penal de las personas jurídicas, el Código especifica la obligación de vigilancia que pesa sobre las empresas y cuyo incumplimiento puede dar lugar a la responsabilidad penal jurídica.
La importancia del concepto de cumplimiento normativo se evalúa en varios niveles:
Nivel legal: respeto a la ley
La empresa debe conocer los cambios introducidos en la legislación y su obligación de actuar conforme a las nuevas normas legales.
De hecho, las consecuencias jurídicas de una actuación ilícita por parte de directores o empleados que violen las normas recaerán sobre la empresa, a menos que ésta pueda demostrar que ha puesto en marcha los mecanismos necesarios para prevenir dichas conductas.
Para no verse comprometida, la empresa debe:
- Unificar los criterios de actuación
- Organizar la capacitación de su personal
- Establecer un sistema de monitoreo
- Identificar las fuentes que aumentan el riesgo de delitos
- Trabajar conjuntamente con el departamento legal
Nivel de regulación: observación de las normas técnicas, medioambientales, de seguridad del producto, etc.
Responsabilidad social: actuar de acuerdo con el código de buenas prácticas, establecer procedimientos de autorización, supervisión, ejecución, información y control
En este nivel, el cumplimiento normativo requiere que las empresas no sólo cumplan con la normativa, sino también con el espíritu y propósito de la misma. La responsabilidad social está estrechamente ligada al concepto ético que pretende evitar el uso de la ley para propósitos distintos.
Inès Ducom & Nicolás Melchior
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