El Internet de las Cosas, más conocido como IoT por sus siglas en inglés Internet of Things, es un fenómeno tecnológico de rápido crecimiento a nivel mundial. Se refiere a la integración de sensores y dispositivos en objetos de uso cotidiano para permitir su conexión a internet con el propósito de recoger datos en tiempo real.
Cada vez son más los objetos de uso doméstico y personal que se integran y forman parte del Internet de las Cosas, y cada vez más las prestaciones que ofrecen.
La revolucionaria smartfridge de Samsung es un claro ejemplo del alcance del IoT. Un sofisticado electrodoméstico multi-tareas que, entre otros, administra la despensa (registra el contenido, identifica las carencias, monitoriza las fechas de caducidad, fotografía el interior y envía las imágenes a un dispositivo móvil, hace la compra online), pero también organiza las tareas del hogar, deja recados y permite compartir y actualizar calendarios.
Ciudades enteras pueden estar integradas en el Internet de las Cosas, son las denominadas Smartcities.
El internet de las Cosas ofrece soluciones innovadoras y su rápida expansión a los ámbitos de la industria, el consumo o los servicios, crea excelentes oportunidades para el desarrollo de nuevos productos y campañas de marketing estratégicos. Empresas y empresarios deben sin embargo tener en cuenta ciertas consideraciones legales entre las que destacamos:
Privacidad y Protección de datos
Las empresas que equipan sus productos con mecanismos capaces de recoger datos se exponen a potenciales responsabilidades legales sobre el almacenamiento y uso que se va a hacer de ellos. En la actualidad, los datos recogidos a través del Internet de las Cosas se consideran información personal, ya que el cruce de datos permite revelar la identidad de una persona. Deben por lo tanto cerciorarse de que tanto los datos recogidos como los procedimientos utilizados sigan la normativa vigente establecida en cada país.
Cyber seguridad
Aquellas empresas que trabajan con dispositivos conectados al Internet de las Cosas, ya sea en su fabricación o en su venta, deben garantizar la seguridad en estos dispositivos y cumplir con los protocolos de seguridad estándares y las leyes relativas a la protección de datos (encriptación, etc.). Un fallo de seguridad, además de desprestigiar a la empresa, puede acarrearle responsabilidades legales.
Propiedad de los datos
Las empresas deben determinar claramente quién es el propietario de los datos recogidos por los dispositivos y qué terceras partes tienen acceso a los mismos. Esta cuestión puede resultar compleja en algunos casos: ¿la propiedad es del fabricante del dispositivo, del diseñador del mismo o del servicio donde se almacenan los datos? ¿qué acceso tiene cada uno de ellos a los datos?
El internet de las Cosas en el trabajo
Las empresas que deseen incorporar sistemas conectados a internet para medir la eficiencia de sus trabajadores deben recordar que existen limitaciones legales cuyo incumplimiento puede acarrear demandas económicas.
Conclusión
El rápido avance tecnológico del Internet de las Cosas presenta numerosas oportunidades para las empresas, así como un gran desafío a la hora de establecer una normativa legal común a nivel mundial. Habrá que estar pendiente en todo momento de las constantes modificaciones en la normativa aplicable en cada país para evitar posibles responsabilidades legales.
Jodie Fothergill & Karl H. Lincke
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