Documentos precontractuales: ¿Compromiso o simple formalidad?

En el ámbito jurídico español, los documentos precontractuales, como las cartas de intención, se elaboran con el propósito de manifestar el deseo o la oferta de una parte a otra para iniciar y llevar a buen fin las negociaciones en una transacción. Aunque estos documentos no suelen tener la misma fuerza vinculante que un contrato, sí generan ciertas obligaciones y responsabilidades para las partes involucradas.

Naturaleza y función de los documentos precontractuales

Los documentos precontractuales permiten formalizar un primer acercamiento que guiará las negociaciones del contrato definitivo. Aunque por sí mismos generalmente no constituyen un acuerdo vinculante respecto del contenido material del contrato final, su función es clave para delimitar el marco de las negociaciones y establecer los términos y condiciones que conducirán al cierre de la transacción.

Obligaciones y responsabilidades derivadas de los documentos precontractuales

El contenido de los documentos precontractuales no está regulado de manera uniforme, por lo que puede variar significativamente en cada caso. Aunque estos documentos pueden abordar aspectos técnicos de la transacción, su carácter vinculante se refiere principalmente a la naturaleza del proceso de negociación que surge tras su suscripción.

Entre las obligaciones precontractuales más habituales destacan las siguientes:

  • Exclusividad: Las partes pueden acordar un periodo de exclusividad durante las negociaciones mediante la cláusula no talk, no shop. También pueden pactar expresamente la ausencia de exclusividad.
  • Confidencialidad: Es común incluir una obligación de confidencialidad en relación con la información sensible compartida en el marco de las negociaciones.
  • Plazo: Para evitar negociaciones indefinidas, las partes pueden establecer un límite temporal.

En cualquier caso, incluso en relación con los aspectos técnicos de la transacción, la suscripción de documentos precontractuales impone a las partes la obligación de actuar conforme al principio de buena fe, tanto en la fase de negociación como en la de formalización del contrato. La buena fe implica no frustrar la legítima confianza depositada por una parte en la otra, ni inducirla a error sobre la existencia de un acuerdo firme cuando no sea el caso.

Responsabilidad precontractual y culpa in contrahendo

La responsabilidad precontractual se vincula al concepto de culpa in contrahendo, que obliga a las partes a actuar con diligencia durante las negociaciones previas a la formalización del contrato definitivo. Si una parte actúa con negligencia o de mala fe y causa daños y perjuicios a la otra parte, podría incurrir en responsabilidad precontractual.

En todo caso, dado que los documentos precontractuales pueden revestir innumerables formas y su contenido puede variar significativamente, la determinación de su carácter vinculante requiere un análisis pormenorizado en cada caso concreto.

Importancia de una correcta redacción

Dada la relevancia de los documentos precontractuales en las negociaciones, su redacción debe ser precisa y alineada con la voluntad real de las partes. Ambigüedades o cláusulas imprecisas pueden dar lugar a conflictos interpretativos o incluso generar responsabilidad precontractual. Por ello, contar con asesoramiento jurídico especializado es clave para garantizar que estos documentos reflejen adecuadamente los intereses de las partes y minimicen riesgos legales.

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Este artículo no constituye asesoramiento jurídico

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