La caída experimentada en los últimos meses en la adquisición de viviendas se está viendo últimamente subsanada por la creciente entrada en el mercado de inversores procedentes de otros países.
En este sentido, según los datos recogidos por el Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España, durante el año 2012, el 8,12% de las viviendas compradas en España fueron adquiridas por extranjeros, dando lugar a unas cifras que no se alcanzaban desde el año 2006 (8,97%) y 2007 (8,29%). Igualmente, en la misma línea de crecimiento, se sitúa el primer trimestre de este año, durante el cual 8.457 de las transacciones realizadas tenían por actor a un comprador procedente de un país extranjero. Esto refleja una visión, incierta aún, pero bastante positiva gracias a la entrada de inversión extranjera para los resultados del año en curso.
Estos datos muestran poco a poco un importante incremento (en 2009, un 4,24% de las viviendas fueron adquiridas por extranjeros; en 2010, un 4,45%; en 2011, un 6,04%; y en 2012, recordemos, un 8,12%). Sin embargo, el fin de estas viviendas dista mucho de aquel perseguido en 2007. Si entonces los extranjeros compraban inmuebles con objetivos básicamente laborales, hoy, los datos registrados reflejan que el móvil de este aumento se basa en fines vacacionales, de modo que las zonas costeras son las que reflejan un mayor incremento debido al atractivo turístico que suponen (así, por orden, encontraríamos: Islas Baleares, Islas Canarias, Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Andalucía).
Atendiendo a cada nacionalidad, los británicos siguen situándose en primera línea como los mayores compradores. Si bien es cierto que la adquisición de vivienda por parte de los británicos ha ido decreciendo, de tal forma que mientras que en el año 2011, estábamos ante un porcentaje del 19,14%, en el 2012, cayó hasta un 16,63%.
En el segundo puesto, siguen estando los franceses que, a pesar de haber experimentado un crecimiento respecto al año anterior, son seguidos muy de cerca por los pujantes rusos que ya han desbancado a los alemanes de la tercera posición mantenida durante los últimos años.
Sin embargo, los datos manifiestan un claro fin turístico constatado por el hecho de que la mayoría de las primeras posiciones son ocupadas por países europeos atraídos por el clima español. De esta forma, es necesario bajar hasta el noveno puesto para encontrar a los principales países con objetivos estrictamente laborales. Tal es el caso de China (con un 4,30% de las adquisiciones españolas), Argelia (3,41%), Rumanía (en duodécima posición con un 2,86%) y Marruecos (2,41%).
Por otra parte, atendiendo al tipo de vivienda, los extranjeros se decantan por la usada (50,65%) frente a la nueva (49,35%), de la misma manera que en años anteriores (53,96% y 46,04%, respectivamente, en el año 2011), aunque si bien experimentado una ligera disminución.
Dentro de estas cantidades, es posible deducir que aquellas nacionalidades que compran inmuebles con fines estrictamente turísticos, son más propensos a la adquisición de viviendas nuevas, mientras que aquellos que vienen a España por motivos laborales se decantan, más bien, por la usada.
Este crecimiento ha sido realmente positivo para la economía española ya que ha servido para disminuir la cantidad de viviendas deshabitadas. Además, este aumento espera que venga acompañado por el favor concedido por la reciente legislación. Baste recordar el reciente proyecto de ley del gobierno de Mariano Rajoy que pretende conceder el permiso de residencia a los extranjeros que inviertan en España con el fin de atraer capital extranjero.
Tália González
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