Las startups suelen requerir financiación externa para el desarrollo de su actividad, especialmente durante su fase inicial. Cuando esta financiación no proviene de organismos públicos o entidades bancarias, sino, por ejemplo, de fondos de inversión, suele articularse en forma de rondas de inversión. Estas rondas constituyen un mecanismo esencial para que las empresas obtengan los recursos financieros necesarios para expandirse, desarrollar productos y mantener operaciones sólidas.
Las operaciones societarias o mercantiles vinculadas a las rondas de financiación se presentan principalmente bajo dos modalidades:
Ampliaciones de capital
Las ampliaciones de capital constituyen el núcleo de las rondas de financiación. Mediante estas operaciones, el inversor adquiere la condición de socio de la sociedad a través de la ejecución de uno o sucesivos aumentos de capital. Estos se realizan mediante la emisión de nuevas acciones o participaciones, generalmente a través de desembolsos dinerarios.
Préstamos
Mediante la ejecución de un préstamo, el inversor aporta fondos a la sociedad, adquiriendo así un crédito a su favor.
En este tipo de operaciones es frecuente estructurar los préstamos como préstamos convertibles, brindando al inversor la posibilidad de convertir su crédito en capital social en un momento posterior.
Asimismo, el préstamo puede adoptar la condición de participativo, de manera que el inversor recibirá un retorno en concepto de intereses, vinculado a los resultados de la sociedad.
En ambos casos, el inversor se ve directamente afectado por la marcha de la sociedad, existiendo, por tanto, un interés en garantizar la armonía entre el inversor y la startup.
Adicionalmente, es común que, independientemente del tipo de la inversión, al formalizarla, se suscriban algunos de los siguientes documentos:
Letter of intent, también conocido como term sheet o non-binding offer
Mediante este documento, el inversor recoge los términos generales en los que está dispuesto a realizar la inversión, abarcando aspectos que van desde el precio por la participación hasta las posibles las modificaciones societarias que requiera, los derechos que desea asegurar o las obligaciones que le impone a la sociedad.
Due diligence
El inversor realiza una auditoría de determinados aspectos clave de la sociedad en la que pretende invertir, examinando principalmente aspectos fiscales, financieros, laborales y legales, sin perjuicio de que, debido al objeto de la sociedad, pueda ser necesario estudiar otras áreas, como la medioambiental, la propiedad industrial e intelectual, la inmobiliaria, etc.
Pacto de socios
Tanto el inversor como la sociedad suelen estar interesados en regular determinados aspectos (entre otros, aquellos recogidos en la letter of intent) a través de acuerdos parasociales. Estos pactos pueden incluir también los términos de la inversión a medida que se realice. De esta forma, todos los socios preexistentes y el nuevo inversor se comprometen expresamente a los términos en los que llevarán la sociedad, según lo acordado en el transcurso de la ronda de financiación. Esto proporciona seguridad y estabilidad a la startup, permitiéndole destinar sus recursos al desarrollo de su actividad.
En conclusión, participar en rondas de financiación ofrece numerosos beneficios para las startup que, además de obtener financiación externa, obtienen ventajas como el acceso a conocimientos especializados, la validación del modelo de negocio, la expansión de la red de contactos y la mejora de la visibilidad en el mercado.
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