Cuatro razones para franquiciar tu negocio en España
El contrato de franquicia mejora la distribución de productos y la prestación de servicios del franquiciador, y le permiten crear una red de distribución comercial uniforme.
El contrato de franquicia mejora la distribución de productos y la prestación de servicios del franquiciador, y le permiten crear una red de distribución comercial uniforme.
Recientemente, el Ministerio de Industria y Competitividad español ha suspendido el Registro de Franquiciadores y, por tanto, la obligación para todas las franquicias de inscribirse en el mismo. Este Registro se empleaba como un mecanismo de información sobre la existencia de las franquicias y su desarrollo en España.
En España la regulación de las franquicias está regulada en el Real Decreto 201/2010, de 26 de febrero -que regula el ejercicio de la actividad comercial en régimen de franquicia y la comunicación de datos al registro de franquiciadores- y en el artículo 62 ley de Comercio Minorista 7/1996.
Lo firmado entre las partes en un contrato de franquicias en España no se rige por ninguna ley específica y debe ser cumplido hasta que finalice la vigencia del contrato. Por ello es importante que antes de la firma se consulte a un abogado experto en franquicias.
El contrato de franquicia en España no tiene ninguna regulación específica, aunque sí que existen unas normas precontractuales que el franquiciador debe cumplir con el objetivo de dar una mayor protección al franquiciado, considerado siempre como la parte más débil.
El franquiciador debe plantearse cuáles son los puntos fundamentales del negocio y qué es lo que debería transmitir al franquiciado para que funcione su proyecto. Además, el modelo de negocio y su imagen corporativa son dos elementos que el franquiciador debe haber desarrollado previamente y conocer perfectamente.
La negociación es un procedimiento fundamental a la hora de elaborar todo contrato. El correcto funcionamiento de una red de franquicias exige una homogeneidad reñida con la capacidad del emprendedor para discutir con el franquiciador las condiciones de entrada en la cadena.
Ambos son sistemas de colaboración con similitudes entre sí. Consisten en la unión de varios intermediarios para conseguir un buen posicionamiento en el canal de distribución, pero conservando los socios su independencia.
Los conflictos que surgen en el contrato de franquicia, pueden surgir en cualquier momento desde la fase precontractual hasta el fin de la relación. Es conveniente conocer desde el principio los derechos y obligaciones de cada una de las partes que aparecen estipulados en el contrato.
La Oficina Económica y Comercial de España en Shangai, ha elaborado un informe específico sobre el sector, donde apuntan como estrategias de implantación la franquicia internacional y la franquicia doméstica.